viernes, 18 de marzo de 2011

Comentario Personal

El flogisto fue una etapa muy importante para la historia de la quimica ya que sirvio de inspiracion para otras investigaciones y teorias.Aunque unificaba los procesos alquimicos con la combustion, y tenia buenos argumentos, fue rechazada y por esta razon,descartada en la actualidad. Esta teoria consistia en los procesos relacionados con la combustion y la escencia de las cosas, empezo el el siglo XVIII . Aunque fue ideada por J.J  Becher, fue George Stahl quien la difundio.
Gracias a el flogisto, analizandolo, se dio lugar a otras nuevas.

Historia

J. J. Becher introdujo la teoría del "Phlogiston" (flogisto) a finales del siglo XVII, si bien el responsable de su difusión y popularización fue Georg Ernst Stahl.
La partida de la teoría apareció en 1659. Es habitualmente conocido por su subtítulo, Physica Subterranea, gracias a la edición que realizó el vitalista Georg Ernst Stahl, en 1703.

En su obra, Becher propuso una versión particular de la teoría de los cuatro elementos. En este caso, el papel fundamental estaba reservado a la tierra y al agua, mientras que el fuego y el aire eran considerados como simples agentes de las transformaciones. Todos los cuerpos, tanto animales como vegetales y minerales, estaban formados según Becher por mezclas de agua y tierra. Defendió también que los verdaderos elementos de los cuerpos debían ser investigados mediante el análisis y, en coherencia, propuso una clasificación basada en un orden creciente de composición. Becher sostenía que los componentes inmediatos de los cuerpos minerales eran tres tipos diferentes de tierras. Cada una de ellas portadora de una propiedad: el aspecto vítreo, el carácter combustible y la fluidez o volatilidad. La tierra que denominó “terra pinguis” se consideraba portadora del principio de la inflamabilidad. Su nombre podría traducirse como “tierra grasa” o “tierra oleaginosa”, que en la alquimia se conoce con el nombre de azufre, aunque Becher empleó también otras expresiones para designarla, entre ellas “azufre flogisto” (este sustantivo derivado del griego phlogistos, que significa "inflamable"). Finalmente fue la palabra “flogisto” la que acabó imponiéndose, gracias sobre todo a la labor del más efectivo defensor de sus ideas, Georg Ernst Stahl (1660-1734).1 Según Stahl, el flogisto era un principio ígneo que formaba parte de las sustancias combustibles. Cuando éstas ardían, el flogisto se desprendía, pasaba a otra sustancia capaz de recogerlo y daba lugar a un movimiento que era el origen del calor y el fuego, observables habitualmente en la combustión. Su gran contribución fue relacionar la combustión con otros procesos como la fermentación o con la calcinación de los metales. Este último fenómeno era conocido desde la antigüedad. Al calentar un metal como el hierro o el plomo se producía una sustancia de aspecto terroso y sin ninguna de las características metálicas (brillo, ductilidad, maleabilidad) que se denominaba habitualmente cal metálica, que en la alquimia se denomina sal.